«Es curioso, pero creo que la última vez que estuve en San Sebastián también fue con una banda pequeña como eran The Negatives». El calor es sofocante en Massachussets, pero Lloyd Cole accede a apagar el aire acondicionado de su ático para evocar su trayectoria reciente que culmina con su celebrado último trabajo independiente ‘Broken Record’ (Tapete/Green Ufos), grabado en buena medida gracias a las aportaciones de cerca de un millar de fans que adelantaron unos 30 euros por su edición de lujo.
El disco ha supuesto el reencuentro del cantante y compositor británico con el formato de banda «de rock de autor, pero rock al fin y al cabo» tras un largo periodo refugiado en el formato acústico, ejerciendo de cantautor y ‘storyteller’ a lo Ray Davies. El ex Commontions lo recrea hoy en San Telmo junto a su Small Ensemble, trío completado por Mark Schwaber y Matt Cullen con el que, acompañado de banjos, mandolinas y guitarras, repasará clásicos de la banda con la que triunfó a finales de los ochenta y de su andadura solista de dos décadas bajo el influjo reconocido de Marc Bolan, Tim Hardin, Bob Dylan, Leonard Cohen, Nick Cave, Jackson Brown o trovadores americanos actuales como M Ward. «Somos sólo tres en escena, pero sonamos como una gran banda», ironiza el autor de ‘Perfect Skin’.

– Vuelves a tocar con músicos tras varios años en solitario.

Has disfrutado con el cambio?

– Sí, aunque es diferente me siento también cómodo y disfruto tocando, claro. La música es más compleja. En solitario con la guitarra, la voz y las letras tienen mayor importancia . Con tres personas hay más melodía, armonías y matices en la interpretación. Tiene otra acústica más rica musicalmente, pero quizás también menos espontánea. Actuando solo, la interacción con la gente es mayor. Con banda, todo está más centrado en el escenario y la música tiene más calado.

Cuándo decidiste volver a grabar de nuevo con banda?

– No es que fuera mi decisión. Yo estaba muy a gusto grabando y tocando en solitario, pero después de un tiempo haciendo un show de un solo hombre recorriendo todo mi repertorio sentía que, debido a mis limitaciones como guitarrista, mi faceta trovadoresca no daba para más. Así que me planteé escribir nuevas canciones que me pidieron músicos, no una banda de rock típica, pero sí un acompañamiento mayor. Fue algo determinado por las canciones y también por los fans que al parecer querían escucharme con banda, un poco al estilo de la vieja escuela.

Tanto que te adelantaron dinero para hacer ‘Broken Record’, te sorprendió el volumen de su aportación?

– No quiero parecer arrogante pero no. Por suerte, con los años cuento con seguidores fieles, pero también muy críticos e involucrados, con los que me mantengo en contacto a través de Internet. Yo sabía que otras bandas como Marillion habían pedido dinero a sus fans vendiéndoles por adelantado ediciones exclusivas de sus discos. Cuando les comenté a través de mi web que mi sello alemán (Tapete) sólo cubría la mitad del presupuesto se mostraron dispuestos a financiarme.

Volverás a grabar de esta manera?

– No lo tengo claro, el modelo básico para un artista independiente actual está bien pero hay que encontrar la forma de que funcione mejor. Con el trabajo que me ha llevado podía haber sacado más en menos tiempo tocando. Creo que en el futuro los discos estarán determinados primero por las canciones, la manera de cómo lograr el presupuesto vendrá después.

Tienes algún proyecto para despues de esta gira?

– No lo sé, aun es pronto, pero será algo distinto. Me gustaría grabar con este Small Ensemble a lo mejor en colaboración con alguien, aunque nunca he sido muy proclive a eso. De momento, estoy preparando con Universal, que tiene los derechos de mi catálogo hasta el año 1999, una antología de toda mi carrera. No tengo grandes ambiciones. Poder seguir viviendo de la música es ya un éxito para mí.

Tu gira española discurre por festivales de jazz y músicas del mundo. ¿Es verdad que odias los festivales de rock?

– Sí, porque me recuerdan aspectos del negocio y de las giras que odio. Tocando en solitario disfruto más y tengo tiempo para visitar ciudades tan hermosas como San Sebastián. Cuando estoy de gira lo último que quiero hacer es escuchar más música. Pero tengo familia e hijos y a veces no me puedo permitir negarme a ir.

Llevas ya más de dos décadas en Estados Unidos. ¿Te sientes ya un poco americano?

– No, me singo sintiendo muy británico. A lo mejor por eso nunca he tenido demasiado éxito en Estados Unidos. Me afinqué en 1988 en Nueva York, un poco por accidente. Pensaba estar un par de años, pero conocí a mi mujer y, como a ella también le gustaba, nos tiramos allí once años. Después nos vinimos a Massachussets y aquí seguimos. Ahora es mi hijo quien se ha ido a estudiar música a Nueva York. Es mucho mejor de lo que yo lo era a su edad.

Estabas en la élite de los músicos golfistas ¿sigues jugando?

-Sí, aunque ahora poco; me fastidie la costilla a primeros de año en Australia. Pero pronto volveré a coger en el ranking a Alice Cooper (risas). Me alegró de que en el British Open se vaya a homenajear a Seve (Ballesteros). Sentí mucho su muerte. Es el único jugador que me ha emocionado de verdad. Todos en Inglarerra le adoraban.

Cómo será tu concierto en el Jazzaldia?

– Hacemos interpretaciones en formato de trío de las canciones viejas de toda mi carrera, también temas nuevos y alguna versión. Tenemos un repertorio de unos cuarenta temas de toda mi carrera que vamos escogiendo cada noche sobre la marcha.

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Publication: Diariovaso

Publication date: 22/07/11